Un cancino y chaplinesco andar por tierra le valieron a los pingüinos el imborrable mote de “pájaro bobo”, pseudónimo que carece de sentido cuando los vemos desplazarse bajo el agua a velocidades que podrían dejar boquiabierto al mismísimo Michael Phelps.
En materia cinematográfica, el año 2006 fue el elegido para hacer un poco de justicia con estas aves, gracias a Happy Feet, filme que no sólo logró alzarse con el Oscar a Mejor Película Animada, sino que, además, mostró con gracia las virtudes danzarinas y coreográficas de los emplumados.
Tal fue el éxito de esta especie de “Fama” antártica que, por estos días, la Warner presenta Happy Feet 2, esperada secuela nuevamente a cargo de la leyenda australiana George Miller, el mismo que nos introdujera de lleno en el futuro post-apocalíptico de Mad Max y en las andanzas de Witches of Eastwick (Las Brujas de Eastwick).
En esta ocasión, Mumble (Elijah Wood), el obsesionado bailarín que deslumbró a todos en la primera entrega, se encuentra con que su pequeño hijo, Erik (Ava Acres), tiene menos movilidad que la defensa del seleccionado argentino de fútbol y que, además, le tiene algo de fobia a esto de las danzas grupales, motivos de sobra para que tengan varios encontronazos.
En una de esas clásicas echadas en cara que todo adolescente suele tener con su padre, el polluelo se manda a mudar del nido, encontrándose en su camino con otro pingüino (por lo menos eso es lo que aparenta) que sabe volar y que termina convirtiéndose prontamente en su héroe y su modelo a seguir. Pero las incontrolables fuerzas de la naturaleza harán de las suyas para mostrarle a Erik de qué está hecho su padre.
Al estilo Ice Age (La Era del hielo) con el sufrido de Scrat, también habrá lugar para una historia que transcurrirá en paralelo a la de las aves acuáticas. Sus protagonistas son Will y Bill, dos simpáticos y diminutos krill, con las voces de Brad Pitt y Matt Damon, que, cansados de ocupar el último eslabón de la cadena alimentaria, deciden abandonar a su grupo y aventurarse mar adentro en busca de emociones.
Al igual que en la primera parte, la temática ecológica está muy presente, al punto que el calentamiento global termina siendo el villano principal de la película. Además habrá tiempo para algunas eficientes, pero contadas cuotas de humor, y para una versión decididamente antológica de Under Pressure, el inmortal tema que compusiera Queen junto a David Bowie.
Aquellos que se animen a este musical polar podrán disfrutar en la previa del corto Daffy´s Rhapsody, una nueva aventura del pato más desafortunado del reino animal que, nuevamente, deberá tratar de escapar de la poca puntería de Elmer, todo esto en el marco de una bonita comedia musical.
Happy Feet 2 tiene los ingredientes necesarios para entretener a chicos y grandes, con una simpática historia que enaltece valores como la amistad, la solidaridad y la familia, al son de clásicos de todos los tiempos.
Llegó la hora de mover los pies (patas, aletas o lo que fuere) para tratar de seguir el paso de estos pingüinos que no necesitan esforzarse mucho para demostrar que están muy por encima de grupos de adolescentes alborotados hormonalmente como las estrellitas de High Musical o el recordado Menudo (con Ricky Martin y todo).
Eso sí, olvídense de la ropa informal. La ocasión y estas distinguidas aves exigen que vistamos de frac.
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