lunes, 25 de abril de 2011

Red Ridding Hood: Una caperucita muy poco roja



En sus orígenes, la mayoría de los cuentos infantiles que el paso del tiempo transformó en grandes clásicos, estaban bastante alejados de la inocencia que les prodigó la oportunista pluma de los Hermanos Grimm.
En la versión original de Pulgarcito, por ejemplo, el diminuto niño era el menor de siete hermanos a los que sus padres, una pobre pareja de leñadores, decidían abandonar en el bosque debido a que no tenían los recursos para darles de comer.
Por su parte, la Caperucita Roja de Charles Perrault era devorada junto a su abuela por el lobo sin que haya leñador o cazador alguno que llegue a rescatarlas. Sin lugar a dudas, un final poco feliz para los más niños, pero seguramente mucho más aleccionador.
Si bien Red Ridding Hood (La chica de la capa roja), esta nueva versión cinematográfica de las andanzas de Caperucita, fue largamente promocionada como una adaptación oscura y adulta del cuento, el resultado final se queda a medias aguas y termina siendo lo que muchos temían antes de verla, una nueva historia de histeriqueo sexual adolescente.
Lamentablemente, la directora Catherine Hardwicke recae en la misma fórmula que tanto resultado le diera a nivel taquilla y termina ofreciendo una versión acrepusculada (permítaseme el término) del clásico infantil en la que no faltan los jóvenes carilindos, los triángulos amorosos y los seres fantásticos amantes de la sangre humana.
La historia transcurre en Daggerhorn, un pequeño poblado del siglo XVIII que desde hace algún tiempo es acosado por un hombre lobo con el que mantienen una especie de tregua sacrificando mensualmente algún animalito. El tema es que, con la llegada de la luna roja, la bestia decide cambiar de plato y comienza a engullirse a los pobres pueblerinos.  
En medio de la hecatombe, Valerie (Amanda Seyfried) busca la forma de mandarse a mudar junto a su verdadero amor, Peter (Shiloh Fernández), ya que la interesada de su madre (Virginia Madsen) acaba de prometérsela a Henry (Max Irons), el joven más acaudalado del lugar.
Como si esto fuera poco, el padre Solomon (Gary Oldman), un cura bastante extremista empecinado en dar caza al monstruo, llegará a Daggerhorn con la noticia de que el licántropo vive entre ellos, por lo que, a partir de ese momento, todos serán sospechosos.
Lo más destacable del filme viene por el lado de lo visual, con unos escenarios naturales cautivantes que otorgan un marco más que apropiado para el desarrollo de la historia. El pobre argumento alcanza por momentos algunos atisbos de intriga y suspenso, aunque no deja de ser bastante previsible.
En definitiva, Red Ridding Hood (La chica de la capa roja) es una película que entretiene, pero que no llena. Al final, los tres cerditos tenían razón: ¿Quién teme al lobo feroz?. Parece que las hermosas adolescentes, ya no...

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